martes, enero 23, 2007

COMENTARIO EN BLOG DE CARRERAS SOBRE SALIDA DEL GOBIERNO DE BARTOLACCI

Por mi experiencia trabajando junto a Bartolacci en la oficina de prensa, debo decir que la renuncia o expulsión del ahora ex director de esa área es una situación que desde adentro se esperaba que sucediera mucho antes. En octubre de 2005, Bartolacci, según testimonios de compañeros de prensa del gobierno, fue obligado a tomar licencia de un mes por motivos que sorprenderían a más de uno. Vale aclarar, licencia que muchos pensaron que sería a perpetuidad. La razón de esta suerte de castigo fue porque Bartolacci habría pedido por mail a De la Sota más dinero ya que interpretaba que estaba cumpliendo dos labores distintas: jefe de prensa (por lo cual ya percibía sueldo de funcionario) y jefe de campaña, lo cual no estaba blanqueado (normalmente nunca lo está, según los mismos testimonios) ni remunerado convenientemente. El enojo del gobernador hacia su director de prensa quedó patente días antes de concretarse la imposición de la licencia, cuando impidió a éste último que abordara el helicóptero integrando la comitiva oficial, en uno de sus tantos viajes por el interior provincial. Pese a todo, Bartolacci cumplió la sanción y volvió a sus funciones. Eso sí, ya estaba muy debilitado. Los comentarios en voz baja de sus dirigidos en la oficina de prensa siempre fueron descalificadores de sus capacidades como director, especialmente porque nadie le daba "bola", o no tenía peso para dar respuesta a reclamos como el de los fotográfos del gobierno que a fines de 2005, después de varios años de trabajo, aún estaban en negro. En conclusión, que Bartolacci carecía de autoridad y que la voz de mando era la de Marcelo Falo, era un secreto a voces ya desde aquel lejano 2005. En mi caso particular, esto quedó claro al momento que recibí mi telegrama de no renovación de contrato, en el cual figuraba la firma de Falo, mientras que Bartolacci ni siquiera se ocupó de hacerme un llamado para decirme -mentirme, quizá- que había hecho todo lo posible para que yo siguiera en mi puesto. O como me dejó claro Carla Cantaberta cuando le consulté por mi inesperado desempleo: "Estas cosas las definen más arriba". Creo que la mayoría de las cosas en la oficina de prensa se definieron desde más arriba mucho antes de la salida de la devaluada figura de Bartolacci.

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