viernes, febrero 16, 2007

LA JUSTICIA FALLÓ A MI FAVOR EN LA CAUSA CONTRA LA CONGREGACIÓN HIJAS DE MARIA INMACULADA

Es una alegría enorme, no tanto por el dinero que percibiré en 2 o 3 años cuando el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba confirme la sentencia. En realidad es una dicha porque mi caso es único y sin precedentes en la historia del periodismo de Córdoba. Además, ganar un reclamo laboral por censura y despido en sede judicial a una congregación católica, en el primer trabajo como periodista profesional, no es algo que ocurra todos los días.

Quiero decir también que en toda mi vida no había visto tantas contradicciones juntas a la filosofía del catolicismo, por razones estrictamente económicas, como las que presencié en la instrucción de este juicio. Aún no me explico cómo, personas supuestamente devotas de la verdad y la justicia, a las cuales su amado Dios les dictamina que bajo ningún punto de vista deben mentir ni robar, hacen lo opuesto deliberadamente sin que un gramo de remordimiento las tome por sorpresa.

No conforme con esta flagrante aberración cristiana, alguien hizo "desaparecer" antes de comenzar la etapa de alegatos la copia emitida por el COMFER donde figuraba el nombre de la Congregación Hijas de María Inmaculada como titular de la emisora. Cuestión que vale la pena aclarar porque la estrategia de la defensa fue inculpar a la directora de FM Sinfonía de la Inmaculada, Sor Cesira Wasilewski -desvinculando así a la Congregación-, de ser la responsable de mi contratación.

Desde aquí le quiero agradecer a las pocas pero importantes personas que me ayudaron a llevar adelante este justo reclamo por el cumplimiento de mis derechos laborales, algo que por distintos motivos muy pocas personas no pueden concretar en la Argentina. Entre ellos se encuentran mi abogado Pablo Martínez, Alexis Oliva y Hebe Lanari. Gracias muchachos.